Una de las primeras bailarinas del ballet de La Scala de Milán, que había criticado la plaga de anorexia entre el cuerpo de
baile, ha sido despedida por la dirección en el lanzamiento de la
temporada 2012.
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Mariafrancesca Garritano, de 33 años, ha sido acusada de
“dañar la imagen” de La Scala después de afirmar que uno de cada cinco
bailarines sufre anorexia: “Una de cada cinco de las de aquella promoción de la escuela tuvieron
trastornos alimentarios, y continúan afectadas por graves consecuencias" Contó que se la había presionado para que perdiera peso después de su
ingreso cuando tenía 16 años. Dijo que todavía sufre dolores
intestinales y frecuentes roturas de huesos, que ella cree que están
relacionados con la dieta, y denuncia que sus colegas eran incapaces de
concebir. “He hablado con personas que están ingresando ahora y parece
que nada ha cambiado”
El portavoz del ballet admite que en el pasado se presionaba con intensidad a las alumnas pero también afirma: “Decir que La Scala se parece a lo que Garritano afirma que vivió hace 15 años es falso. Los métodos educativos que se usaban entonces no se emplean actualmente,
y la escuela tiene un curso de nutrición. Acerca de la imposibilidad
para tener niños, nueve de las compañeras de Garritano se han quedado
embarazadas en el último año y medio”
La anorexia y la bulimia fueron reflejadas recientemente en la película Cisne Negro, ganadora de un Oscar, en la que la protagonista, interpretada por Natalie Portman, se obliga a vomitar para mantener el peso.
En mi opinión, creo que al despedir a esta bailarina han dado una mala imagen de la compañía, ya que lo único que esta mujer intentaba era dar a conocer al mundo que muchas bailarinas sufren trastornos alimenticios por la fuerte presión que los profesores ejercen sobre las bailarinas. Esta enfermedad es muy seria como para poner en peligro nuestras vidas por querer volcarnos por completo a este maravilloso arte como es el ballet. Que Garritano prefiera ayudar a sus compañeras a llevar otro estilo de vida, anteponiendo su trabajo, es un gesto solidario y humano que honra mucho a esta ex primera bailarina.
En mi opinión es muy valiente por parte de la bailarina el hecho de dar a conocer lo que sufren aun con la posibilidad de ser despedida. También pienso que para ser bailarina de ballet tampoco se puede pesar mucho por los movimientos que se hacen pero a una persona que tiene un buen peso para practicar este deporte no se le puede pedir que adelgace más.
ResponderEliminarMe parece muy bien por parte de la bailarina que quiera defender su estado físico natural, y por otra parte me parece muy mal por parte de la compañía que la despidan porque, en mi opinión no está haciendo nada malo, lo único que quiere es que sus compañeras no sufran trastornos alimenticios y tengan una vida mejor.
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